sábado, 3 de julio de 2010

En "La cátedra de la calavera", también se guisa,

"La cátedra de la calavera", de la medievalista Margarita Torres, es una novela de intriga ambientada en la Salamanca universitaria del siglo XV, donde no faltan crímenes, presencia de la inquisición, ambiente universitario, Colón ... y también la cocina. En la página 78 se describe el interior del Mesón del Estudio: "mesas y bancas ordenadas ... escudillas, vasos y pequeños cántaros, más o menos llenos...en el inventario aburrido de la cocina aneja, en la que se apilaban anafres de hierros, sartenes, trébedes, algún que otro caldero, amén de las tinajas de agua y las cántaras de vino, sin olvidarnos de las orzas provistas de alimentos dispuestos para sorprender al comensal". Impresionista y real, así debía ser. En la página 148 aparece un clásico de la cocina salmantina, el hornazo, "aquella empanada de embutido y huevos duros que, a semejante hora del día, habría de calmarlas panzas a más de un comerciante, hidalgo o universitario". Impreciso, el hornazo en aquel tiempo era una masa de pan horneada con huevos que se entregaba al cura que había predicado la cuaresma, una especie de ofrenda, y así se recoge, por ejemplo, el el "Tesoro de la Lengua Castellana o Española", de Covarrubias; con el tiempo, aquella masa, se barroquizó y se le dio forma de empanada y se le rellenó de embutido, como actualmente. O sea, que la descripción se correspondería más con el hornazo de hoy que con el de entonces. Muy interesante cuando cuenta el empleo del vinagre o la miel en la cura de heridas, y sabrosísima la referencia a la dulcería de ese tiempo de la página 343: "Señor, he dispuesto el mazapán de azúcar fino --le mostró las pastas estampadas con las armas de Aragón, decoradas con flores--, membrillo y, desde Valencia, Bartolomeu Blanch nos enviado cabello de ángel y pieles de ponciles", que merece en otra ocasión una explicación más extensa. Al improbable descubridor y lector de este blog le recomiendo el libro por entretenido y por su afán reivindicativo de la igualdad. El lector lo entenderá al terminarlo.

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