Hechas las presentaciones vamos al grano o la uva. Según el informe, entonces, había muchos más viñedos en la provincia que ahora. En todos los pueblos había viñas y por lo tanto lagares y bodegas, algo que puede seguirse hoy en la toponimia, aunque no queden majuelos, ni lagares, ni nada parecido. Muchos pueblos tenían viñas y hacían vino, y así se reseña de forma escueta. Ahora bien, de vez en cuando don Pascual nos sorprende con alguna apreciación más. Allá van las más significativas: en Aldeaseca de la Frontera: "el viñedo ha desaparecido". Aldehuela de los Guzmanes: "(posee) Una casa que suele servir de taberna". Babilafuente: "vino de mediana clase". Béjar: "Bastante vino y todo de calidad". Cabrerizos: "algunos vecinos portean vino a Salamanca, además del que consumen en la taberna del pueblo, que por su cercanía a ella no deja de ser concurrida". Calvarrasa de Abajo: "vino bastante malo, unos 1.400 cántaros". Cantalpino:"muy buenos lagares y bodegas en los que encierran multitud de cubas de gran cabida para conservar los vinos; terrenos plantados con muchas viñas". Cepeda: "vino en cantidad de 50.000 cántaros". Fregeneda: "algún vino" --como en Pinedas--. Garcibuey: "mucho vino". Lagunilla: "vino excelente". San Martín del Castañar: "la principal producción es la del vino". Miranda del Castañar: "el vino constituye la principal producción", al que igual que señala para Monforte.
Sin duda pueden sorprender algunos datos que se reseñan, tanto como descubrir que Alba de Tormes tenía viñedos, por ejemplo. Aunque, ya lo he señalado, no era un caso raro: en la mayoría de la provincia se plantaban viñas, se vendimiaba y hacía vino. Que aproveche, y si alguien quiere añadir algo se agradece.
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