Como todo el mundo debe saber ya San Antón es el patrono de los animales y a la vez referencia para el sacrificio de uno de ellos: el cerdo. A cada cerdo le llega su San Martín, pero también su San Antón, de tal forma que numerosos pueblos festejan estos días su matanza: Aldeatejada, Linares de Riofrío o Villaseco de los Gamitos, más con fines turísticos, sociales o comerciales que otra cosa. Aún se siguen haciendo hoy matanzas familiares, a la vieja usanza, como suele decirse, pero ya sin las urgencias de entonces, cuando la despensa familiar dependía de un cerdo saludable y una matanza bien hecha. Pues del cerdo se aprovecha todo. De ahí la necesidad de una bendición en condiciones y qué mejor que la de su patrono, San Antón.
San Antón se festeja de forma especial en Ciudad Rodrigo. Los llamados "aguinaldos" o piezas del cerdo se cuelgan en la ermita de Santa Marina y se bendicen antes de ser rifados o subastados. El dinero va para obras de caridad. En paralelo, se hacen en esta fecha los panecillos de San Antón, igual que en Béjar las manteladas o panes con anises que se comen con chorizo. Aunque para joya, joya de esta fiesta: el cerdo de La Alberca, que se rifa. Un buen premio se lleva el agraciado, sin duda. La fiesta, además, abre jornadas gastronómicas dedicadas al cerdo o la matanza, de las que son referencia las que organiza La Amistad, de Guijuelo, o Casa Conrado, en Villaseco de los Gamitos.
Mientras, hay tradiciones por aquí y por allá. La bendición de animales es una, quizá la más popular, pero también se encienden hogueras purificadoras en Puerto de Béjar o Ciudad Rodrigo. Se embellecen burros y caballos con cientas en Macotera. Se colocan albardas a los burros de Saucelle. En Garcibuey los zangarrones, mozos o quintos, recorren las casas pidiendo, mientras sus compañeros hacen el ganso por las calles a lomos de caballerías; lo llaman "sanantonear". El Adeadávila se recuperó hace poco La Bufa, que recuerda mucho a las mascaradas de otros puntos de la región o al "perrero" de Nava de Francia.
San Antón abre, sin duda, la fiesta del cerdo. Los aficionados a este animal y al rito matancero. Tienen como referencias literarias que les recomiendo: "Porcus, puerco, cerdo", de Antonio Vázquez Ortiz. (Alianza Editorial). "La Matanza del Puerco", de Teresa de Santos e Ignacio Sanz, editado por el centro etnográfico de Joaquín Díaz. Y finalmente "Manual de la Matanza", de varios autores, editado por RB. Seguro que en las estanterías de cualquier librería se encuentran más títulos. A mí estos, hasta ahora, me parecen extraordinarios. Bueno, éstos, y todas las referencias que del cerdo y sus golosinas se hacen en nuestra literatura: desde el Libro del Buen Amor, del Arcipreste de Hita, a las novelas de Vázquez Montalbán, pasando por los Quevedo, Cervantes, Lope de Vega.... la última pieza cosechada: "Comiendo en Hungría", de Pablo Neruda y Miguel Ángel Asturias. Fantástica. Buen provecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario