Tengo entre manos, ya en sus últimas páginas, la nueva entrega de Luís García Jambrina protagonizada por Fernando de Rojas, detective renacentista, con el título de "El manuscrito de nieve". Novela negra de época, entretenida y muy recomendada para los salmantinos. Hay espacios, historias y personajes salmantinos, como el mismísimo Lázaro de Tormes y el Mesón de La Solana, que es uno de los rincones locales que me tienen enganchadísimo desde hace años. Mesón que aparece en "El Lazarillo de Tormes": "por evitar peligro y quitarse malas lenguas, se fue a servir a los que al presente vivíamos en el Mesón de La Solana". Que existió. Nada menos que en la Plaza de San Martín, antecendente de la Plaza Mayor.
Aunque en otras entregas prometo contar más detalles de su situación, aquí va lo que Covarrubias describe como mesón: "diversorio o casa pública y posada a donde concurren forasteros de diversas partes y se le da albergue para sí y sus cabalgaduras".
Corominas sitúa el origen de la palabra en 1349, aunque la de mesonero es de 1495.
El Mesón de la Solana estaba situado en el costado norte de la Plaza de San Martín, que el Príncipe don Juan, en 1497, ordenó empredar.
No fue el único mesón de la Plaza, ya que ésta contó con el de los Toros, también, muy popular y citado.
O sea, que existir, existió. Y tengo la impresión de que de alguna forma Lázaro, también.
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