martes, 21 de septiembre de 2010

Comer como un rey o la erudición en la mesa

"Comer como un rey", de Joan Sella Montserrat, editado por Trea, gustará a todos los gastrolectores, entre otras cosas porque tiene en su trasfondo la figura del Doctor Thebussen, a quien todos recordamos por "La Mesa Moderna", donde se carteaba reflexiones con "Un cocinero de S.M.", libro maravilloso fechado en 1888, repleto de humor, costumbrismo, erudición y gastronomía. Mucha gastronomía. Doctor Thebussen fue coleccionista de de menús, que hoy pueden verse en La Colección de Menús Históricos de la Biblioteca-Museo Víctor Balaguer, de Vilanova i la Geltrú. A partir de aquí, de este lugar y esta colección, el autor, Sella Montserrat, construye un supuesto menú real y despliega su erudición sobre la historia de esos platos apoyándose en la historia, la literatura y la etimología, consiguiendo enganchar al lector. Y más, llevándole a unos terrenos sabrosos a los que acudir siempre para encontrar gastronomía y excelente literatura, el siglo XIX.
¿Hay referencias a Salamanca? Sí. Se pueden hallar en "Comer como un rey" y "La Mesa Moderna", que le sirve de inspiración. Así, cuando se alude a que los modernos monarcas ya son son gravosos cuando pasan por los pueblos, a los que saqueaban en aras de la gastronomía real, señala que por eso mismo, la ausencia de los conduchos, impiden que el rey "no se encuentre en Ciudad Real un pisto manchego, ni una tarta de arrope, ni una bota de Valdepeñas ... ni un pernil esparrillado de Montánchez, ni un lomo de Candelario, ni un chorizo de Garrovilla". En resumen, los reyes, por ir provistos desde palacio, desconocían la cocina y despensa de sus reinos. La cita, de Doctor Thebussen, en realidad, pone de nuevo a la luz la calidad y fama de la chacinería de Candelario, hoy extinta.
Hay otra cita de "La Mesa Moderna" recogida en "Comer como un rey", en la que se da cuenta del formidable convite dado en el Colegio de San Bartolomé por el rey a las autoridades de la Madre de las Ciencias, el 9 de septiembre de 1877. En el fondo es una denuncia, pues allí donde los grados académicos se celebraban con "artalejo, diacitrón, jigote de tocino, anises, pan de leche, manjar blanco y otros platos y bebidas semenhantes" se presentaron por primera vez "salpicó a la Patti, Foi (sic) de Canards a la Toulouse, Pettits Pois a la Parisienne, Crosustades a la Rihclieu..."
"Comer como un rey" no sólo ha enriquecido mi fichero histórico, también me ha sugerido autores de nuestro siglo XIX que reflejaron el comer de su tiempo en sus obras, y me pongo ya en ello. En fin, una golosina para cualquier gastrolector. Que te aproveche.

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